jueves, 26 de marzo de 2009

Tormenta

El día trae tormentas y recuerdos que empapan el asfalto y mis pupilas, hoy cansadas de buscar grandes azules. Las nubes se encierran temerosas tras una puerta demasiado sólida para la que no tengo llave mientros escucho tronar al horizonte en un quejido que yo misma secundaría. Y en medio de un café de pronto se va la luz en esta isla que no está preparada para la lluvia. Del cielo gotean incesantes los presagios, que nadan inconscientes en los charcos que luego yo piso, sobre los que luego yo salto como una niña grande que no se cree nada. En el trabajo, a penas hay un cruce de palabras cortas, breves, desposeídas de estos rostros familiares que habitan la rutina de los días. Nada de buenas tardes. Nada de buenas noches. Incomunicación en medio de la comunicación. Se ha ido la luz y la memoria, se ha marchado la imaginación y se ha instalado usurpadora la miseria. La historias anónimas continúan revalorizando su silencio. Gracias a dios mi soledad se ha puesto hoy, con buen criterio, el querido impermeable, sus botas de agua y se ha quitado el reloj de la muñeca para no tener que consultar este destiempo.

martes, 24 de marzo de 2009

Dáme

Dáme un temblor de vida
que me espante el espanto. Mírame
una vez más así,
tendida, desnuda, despojada
de destino, tan pequeña,
tan nada que yo misma ignoro
como han de llamarme los demás
cuando me nombran.

Transmutación del paisaje

Toda la ciudad es un paisaje
de miradas lentas calles en blanco
risas uniformes.
Pero alguien decide transmutar el orden:
cincuenta y seis años y una mujer
se tiran del puente y la tarde
iniciada en azul
se torna roja.

viernes, 20 de marzo de 2009

Nada del otro mundo

Nada del otro mundo...
Hoy la luna continúa creciendo en blanco y negro
y te ilumina esa mueca de hastío que paseas.
Como siempre... demasiada gente.
Giras y giran las mismas canciones
brumosas de los bares
y sus miradas oscuras de náufragos
que deletrean nombres y cuerpos
en un vaso de alcohol.
Qué vas a hacer
cuando comiences a sentir
que la vida es mentira
y no te recuerdes alzando
la voz y la sonrisa
en medio de esta dinámica de lluvias,
pasos lentos,
stops y carriles
en una única dirección...
No me digas que estás cansada
porque tu soledad hoy cumpla años.
Que no sabes qué hacer con tu infancia.
Que te duelen los huesos de correr
tras el mismo sueño
para llegar siempre tarde
y con mala conciencia al amor.
No me cuentes la vieja historia
de que el tiempo pasa
y todas esas cosas.
Mira.
No ves que yo también
estoy cansada y un poco
borracha de palabras
y humo. Que fuera está
la noche creciendo como un niño
y que, además, no tengo
ni una sola razón que te sirva
ni me sirva como excusa.
Ven.
Vamos.
No hablemos más y déjame
abrigarte un poco.

jueves, 19 de marzo de 2009

Me pides

Me pides una palabra.
Un signo que te señale
o te ignore.
Que esta luna que me revienta llena,
como una incógnita imposible,
como un temblor de soledad cayendo,
derrame su conjuro sobre tu nombre
y se precipite suicida
a buscar en tu vientre
el animal silencioso de mi amor.

Guardas para luego,
para cuando el olvido planee
como nube y me cerque
en la noche de tu noche
una pequeña excusa
que tú creerás cierta,
un error de cálculo
que me hará retroceder
hasta el absurdo espacio de tu ausencia,
donde aún no he nacido.


Y es jodido reconocer que hoy
me dueles, que se me ha extraviado
la risa y la estrategia,
que este laberinto ingenuo
con vocación de isla
nostalgia tu cuerpo continente,
mi única patria.

Mi silencio se obstina en
no buscarte.
No quiere cuantificar
la catástrofe. Odia
las estadísticas, la lógica
rencorosa de los números.
Sabe que de nada sirve
sumar o restar
los desmayos,
la entrega por entregas,
la fundación de lunas
y lunares queribles.
Que por mucho
que multiplique o divida
las esquinas que mi deseo
ha escogido para amarte,
los buenos propósitos,
los infiernos comunes,
será una sola
la geografía perdida.
Una sola.

martes, 17 de marzo de 2009

LUZ

Tiembla el rojo tras los párpados
ansiosos que se abren por fin. Calienta la voz
que se aproxima duende. Declama la curva
de un poema imposible.
Ignoro cuánto tiempo llevo sentada aquí.
El frío ha pasado. Mis huesos lo saben.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Peinetas

Mi hermano, que es gemelo mío y estudió Bellas Artes, me pidió que escribiera unos textos breves para ilustrar un librito que quería hacer el mismo con una serie de grabados basados en unos diseños de peinetas que había hecho durante un curso de diseño de joyas. Esto fue lo que me salió. Ha hecho diez ejemplares que él mismo ha encuadernado y uno de ellos ya está en mis manos. Me hizo mucha ilusión escribir para él aunque el tema fuera tan "curioso" y, en cierto sentido, complicado. Me gustaría conocer opiniones.





Peinetas

–I –

Artilugio impensable.
Espada de cinco dientes.
Cálido metal.
Envidiada celda.
Bajo tu loco reinado
brilla mi cautiverio.


–II –

Péiname la vida. Dulcemente
recógeme el amor que se me escapa.
Entre tus líneas imposibles
conténme.


–III –

Negro su pelo negro
sujeto hermoso
a tu alfiler esclavo.
Tan cerca de mis dedos su roce
Y sin embargo tan tuya.


–VI –

Una sombra de mujer transita
la noche. Baja la calle coqueta
con la mirada altiva.
Se detiene un instante
para recoger su bucle
en tu capricho. Taconeando
se adentra en el largo zaguán
y antes de llegar
a la cita esconde sonriente
su suerte en los bolsillos.

–V –

Al carey de su peineta
se asoma rebelde el rizo.
La mejilla encendida.
Rojos y abiertos los labios,
que sin decir dicen.
Y entre las manos sujeto
un abanico de temblores
que de cuando en cuando
despliega con su risa.



–VI –

¡Dulce encantamiento!
Precipicio claro que alumbra
mi caída. Después de tantos sueños
regresas intacta
hasta mi cuerpo sola.
Y te desatas el pelo.
Y te liberas de ella.
Y sobre la mesa abandonas
este puñal con el que cruzas
el tiempo hasta encontrarme.