jueves, 25 de noviembre de 2010

Quiero que leas las entrelíneas. No las palabras torpes. Ni siquiera las bellas palabras. Sino lo que que está ausente y sin embargo late. Quiero que te detengas, aunque sea brevemente, en lo que silencio y escuches lo que no se decir, lo que no puedo decir, lo que no he aprendido, lo que no entiendo.
Quiero que me leas los años que llevo queriendo explicarme cómo amándote tanto no te he amado sino a instantes. Cómo habiendome amando tú tanto, aún me amas siempre.
Después de todas estas lunas.
De todos estos viajes.
De tanta distancia entre tú y mi nombre. Entre tu piel y mi alma. Entre tu alma y mi verdadero aliento.
Llevo siglos buscando. Como tú. Y ahora... Ahora pienso en todo el tiempo que ha de transcurrir nuevamente hasta que podamos coincidir y reconocernos al fin... sin aquella memoria devastada, bajo la lluvia sonriente...
Es curioso todo esto.
Tu temblor.
Mi risa.
Tu cautela.
Mi sueño.
Tu ternura.
Mi añoranza.
Tus historias.
Mi asombro.
Y las ganas de volver a verte pese a todo lo que sé que no cabe. Porque me asalta tu voz, y me puede el abrazo.
Quiero que leas entrelíneas. Que en ellas te detengas sin miedo. En ese breve espacio en el que soy y no soy.
Tal vez.