domingo, 26 de diciembre de 2010

Procuro sacar algo bueno de mi fondo. Algo bueno. No tendría que ser tan difícil. Como de una chistera... Algo de magia... Ilusionismo... Meto la mano en la chistera hasta el fondo. No hallo nada. Ni palomas blancas, ni ases, ni conejitos blancos, ni cielos azules, ni sonrisas... Menos mal que no hay público... que hace tiempo que estoy sola y no como de esto.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

ELEGÍA A ENRIQUE MORENTE

El duende salta de la blanca cama a su pecho,
del pecho desnudo a su garganta,
y por la garganta seca libera quejidos,
quebrantos,
nombres,
desesperanzas
y un adiós que rompe el aire,
que quiebra el alma cansada.
Maldiciendo está su voz
la mala suerte que calza.

Le vela el duende la sombra
que lenta y sin tiempo escapa.
Ya no puede él empujarla;
atarla al presente que hasta ayer mismo
aguardaba; trenzarle una soga nueva
con sus viejas esperanzas
para que se detenga en el filo
de su navaja gastada.

Besos qusiera darle este duende
atormentado, al que le duele
el dolor de la muerte que lo llama.
Vestida de muerte sola.
Vestida de negra dama.
Tan fea está en su hermosura,
tan baja desde su atalaya,
tan tranquila en el reclamo que exige
el pago de saldos y cuentas
imaginarias.

Ladrona de alientos
-susurra el duende a su lado-.
Deja que se aproxime a su sueño
el olor de la mañana. Deja que su voz
despierte. Deja que sus ojos
canten.Deja que sus manos dibujen
en la noche de Granada el sonido de mis pasos
buscando el agua en la fuente,
la calle que callada esconde
la risa de muchas infancias,
el milagro del hombre que en mi herida
alimenta el hondo cantar de su raza.

Y ya no es duende el duende
sino ángel o hada.
Y ya no clava el puñal.
Y ya no exhibe la espada.
Ya no baja al ruedo
ni se baña en la plata
de esta luna que llorando
llena un vacío que espanta.
Pobre luna,
pobre duende,
pobre en su soledad Granada.

Por la cuesta del Albaicín va subiendo
el desconsuelo errante
en mudo llanto.
"Que se ha muerto el maestro Morente.
Que lo ha matado la muerte
callada".


* Con todo mi respeto al maestro

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Puede tener el extravío su propio sendero?