jueves, 8 de septiembre de 2011

SONIDOS

Siento su aliento, su ronroneo, acercándose a mi sueño herido, cansado, sin sueños que rescatar del olvido. Escucho mi aliento acompasado en su alegría tranquila que sabe que he llegado, que por fin he vuelto de este viaje que carece de lógica y sin embargo ha resultado imprescindible. Me abrazo a ella por necesidad, por desamparo. Se enrosca en mí como si ella fuera la madeja que me recoge y me teje. Ambas en la noche, en esta noche lunática y simple que trae otros sonidos. Ha llegado el camión de la basura, puntual y siempre sorpresivo. Poco a poco se inclina, ladea las orejas, se levanta, escala hasta la ventana. Se asoma interesada, cautivada, y me inunda la sonrisa y el recuerdo. Había olvidado los sonidos que a mí también me himnotizaban, esos ecos que pulsaban en mí otros ecos aun más antiguos. El sonido temprano y agudo de los afiladores de mi infancia, sin rostro, tan temprano iniciando mi despertar a un nuevo y desconocido día. El sonido de los aviones atravesando el cielo y que por alguna extraña razón me ponen la carne de gallina aún hoy, en una mezcla se melancolía, extrañeza y asombro... qué curioso... Y los camiones... los camiones de la basura... reinando en la noche de esta ciudad. Yo, al igual que abril, me detengo a escucharlos, como si hablaran en su propio idioma de quién sabe qué cosas.

jueves, 25 de agosto de 2011

Cuando pensé que podía quedarme
ya me había ido.
Cuando quise sentarme en tu orilla y escuchar
desde mi corazón
todos los sonidos de tu océano,
estaba cruzando un desierto,
invocando mi propio latido,
entristecida y viva.
Cuando decidí que mi casa era tu casa,
que mis huesos, y mi piel, y y mi risa,
eran tuyas,
estaba mintiendo.
Mintiéndonos.
La verdad es que me fui.
No me pedí permiso para hacerlo.
No me lo hubiera dado.
Me abandone a mi misma
para encontrarme conmigo. Me deje
en tus brazos llenos de amor
y corrí como una loba tras la luna,
lloré como un niño que nace,
como un anciano que siente su ciclo
y sabe las palabras, como
una mujer que te pierde
y se gana. Que se recupera
y se rompe.
Mis venas contienen la brisa
de todos los campos,
mi risa es capaz de iluminar
la más profunda de las cuevas
en las que he de esconderme
para llorar mis tristeza
y sentirme más sola que nunca.
Yo tengo el veneno
pero también el antídoto.
Yo pongo la cerradura,
pero guardo la llave que libera
la luz.
Quise quedarme,
pero ya me había ido.

martes, 12 de julio de 2011

me buscas y no te encuentro.
me tienes y te me escapas.
confío y tú... tú me miras asombrada

viernes, 24 de junio de 2011

Te amo aunque no pueda quedarme. Y aunque me duelas, no lloro.

lunes, 13 de junio de 2011

Te quiero de vez en cuando.
Cuando la lluvia cae, y los cristales se empañan y siento frío,
y necesito encontrar esa esquina
del mundo en el que soy y eres.
Te quiero en algún lugar.
Donde la luz dibuja un paisaje con tu risa, y las estaciones custodian
la vida otorgada y el animal que te respira busca inexplicable mi presencia.
Te quiero como el ave quiere al viento, como el pez quiere al gua,
como la huella se rastrea en la tierra y se halla asombrada en otras anteriores.
Te quiero porque me lleno y me vacío. Porque aunque a veces me voy estoy llegando,
porque me dejas soñar mientras te sueño.
Te quiero porqué sí.
Te quiero sin que sepas nada.
Y aunque lo sepas todo.

domingo, 12 de junio de 2011

soledad nueva, recién llegada de un olvido incapaz,
callate el nombre, omite fechas, citas,
el contrabando de dudas que te visten.
Dime solo si este amor
que cambia de forma como una nube
que los vientos traen hasta un trozo de cielo
despejado del todo, cubierto de nada
ha de crecer contenido en mí
hasta que yo te acepte.

martes, 19 de abril de 2011

Me desnudo sin pensar en nada.
Dejando que mi cuerpo se asome a tus ojos que miran y muerden.
Delicada y rotundamente. Dentro, donde la piel ya no duele.
Me despojo de mí.
Me quito este traje hecho de no entregas.
De entregas a destiempo.
De medias entregas.
De entregas pactadas, premeditadas, no nacidas.
Pobrecitas entregas que la memoria,
pocas veces tan implacable, coloca hoy en su justo lugar. Un lugar ausente de malicia.
Me desvisto del tiempo en un instante.
Apago el despertador de sueños.
Y me acerco. Inusitadamente bella.
Encendida. Iluminado mi ser que se adelanta.
Tú me besas. Con todo me besas.
Me besa la brevedad que nos separa.
Me besa el aire que entre tú y yo transpira lleno.
Me besan tus manos que se anticipan a tus labios que miran
mi cuerpo de ahora caído como un vestido
en el suelo.

jueves, 14 de abril de 2011

Me quedan muchas cosas... muchas más de las que había cuando pensé que no había nada. Es cierto que hay una descoincidencia con muchos. Reclamos. Palabras que provienen del pasado y suenan y entonan y repiten una herida de la que no tengo conciencia. Es cierto que hay palabras duras y ningún silencio. Y que a mí me duele. No entender. Pero no voy a pararme en la misma esquina. Creo que voy a dar un par de pasos más.

martes, 12 de abril de 2011

Acabo de trasplantarme. He añadido tierra y agua. Para crecer.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Mucho más allá de los obstáculos, de los miedos, de las despedidas y de los encuentros... Mucho más allá de la duda del porvenir y del olvido, están tus ojos que me miran atravesando el tiempo, está tu fuerza, el pilar de tu aliento, está tu fe y está tu risa profunda que renace y te reclama un lugar para quedarse... Mucho más allá del nombre, de la forma, del rastro que deja la tristeza que se instala cómodamente como un huésped familiar en el corazón, están las certezas de lo que sientes, está la maravilla de lo que es... mucho más allá ...está el amor rotundo y fácil... al alcance... pero a resguardo.

martes, 15 de marzo de 2011

No me aferro a la tristeza. La dejo escapar, así, como quien suelta una cometa de muchos colores al viento en una playa querida. Alzó la vista maravillada, la sigo, la persigo, la alzo con mis manos a través de ese hilo invisible que la alimenta. Suelto con ella un poco de ilusión para que ascienda más alto, más bella, más imposible... Y se pierde en el horizonte, sin necesidad de despedirse.


Este mar quieto me agita. Tengo la mirada clavada en su invisible rumor. Mi cuerpo detenido huye del miedo a tu ausencia. Impronunciable la caricia que se pierde en esta distancia. Después de tanta distancia, nuevamente el silencio. Distinto. Siempre distinto. Como un peldaño aun más pronunciado. Pronuncio tu nombre.

domingo, 6 de marzo de 2011

He regresado del mayor de los olvidos. Me perdí la pista. Me extravíe. Terminé olvidando por completo cómo era mi paso, en qué esquinas tenía por costumbre detenerme para alzar la vista, el olor de mis sueños, la ternura de mis palabras, los años que mi alma quería cumplir, la música que podía componer, el amor que podía ofrecer sin renunciar.
Fui yo la que se obstino en esta carrera. La que empezó a huir creyendo que era de mí de quien tenía que apartarme. Está bien. Todo está bien. Todo tiene sentido. El extravío. La renuncia. El olvido.
Recuerdo. Soy la que soy. Transformada y antigua. Igual pero infinitamente distinta. La evolución de la esencia. El mar sigue siendo y yo respiro su sal recién salpicada. Esta noche es nueva y tan vieja, con sus deliciosas arrugas de tiempo que transcurre, y esta luna, mil veces repetidas, me persigue por primera vez. Es el juego. El juego de pararte y escuchar. Todo late. Nuevo. Me miro en otros ojos y sonrío. Soy yo esa niña? Soy yo ese animal libre? Soy yo ese reflejo que no busca respuesta?
En este olvido he olvidado el dolor, la herida, la urgencia, el desespero. He regresado a casa. A esta casa hermosa que me contiene y me expande. A esta casa sin paredes, sin techos, sin puertas que encierren. Lloro de emoción, de maravilla, de risa.
Aquí estoy. Me doy la bienvenida.

martes, 1 de febrero de 2011

No encuentro frente a mi casa el blanco castaño que recuerdo.
No veo caer sus hojas plateadas al suelo húmedo de un diciembre ya fugado.
Esa sonata se altera sostenida por el viento solo, y su paisaje, difuminado en mis ojos, vaga entre el sueño y el deseo, entre el ansía y el olvido, entre las palabras que callan y todos estos silencios que se mojan. A la lluvia cantan todos esos pájaros que dejo escapar...