miércoles, 30 de marzo de 2011

Mucho más allá de los obstáculos, de los miedos, de las despedidas y de los encuentros... Mucho más allá de la duda del porvenir y del olvido, están tus ojos que me miran atravesando el tiempo, está tu fuerza, el pilar de tu aliento, está tu fe y está tu risa profunda que renace y te reclama un lugar para quedarse... Mucho más allá del nombre, de la forma, del rastro que deja la tristeza que se instala cómodamente como un huésped familiar en el corazón, están las certezas de lo que sientes, está la maravilla de lo que es... mucho más allá ...está el amor rotundo y fácil... al alcance... pero a resguardo.

martes, 15 de marzo de 2011

No me aferro a la tristeza. La dejo escapar, así, como quien suelta una cometa de muchos colores al viento en una playa querida. Alzó la vista maravillada, la sigo, la persigo, la alzo con mis manos a través de ese hilo invisible que la alimenta. Suelto con ella un poco de ilusión para que ascienda más alto, más bella, más imposible... Y se pierde en el horizonte, sin necesidad de despedirse.


Este mar quieto me agita. Tengo la mirada clavada en su invisible rumor. Mi cuerpo detenido huye del miedo a tu ausencia. Impronunciable la caricia que se pierde en esta distancia. Después de tanta distancia, nuevamente el silencio. Distinto. Siempre distinto. Como un peldaño aun más pronunciado. Pronuncio tu nombre.

domingo, 6 de marzo de 2011

He regresado del mayor de los olvidos. Me perdí la pista. Me extravíe. Terminé olvidando por completo cómo era mi paso, en qué esquinas tenía por costumbre detenerme para alzar la vista, el olor de mis sueños, la ternura de mis palabras, los años que mi alma quería cumplir, la música que podía componer, el amor que podía ofrecer sin renunciar.
Fui yo la que se obstino en esta carrera. La que empezó a huir creyendo que era de mí de quien tenía que apartarme. Está bien. Todo está bien. Todo tiene sentido. El extravío. La renuncia. El olvido.
Recuerdo. Soy la que soy. Transformada y antigua. Igual pero infinitamente distinta. La evolución de la esencia. El mar sigue siendo y yo respiro su sal recién salpicada. Esta noche es nueva y tan vieja, con sus deliciosas arrugas de tiempo que transcurre, y esta luna, mil veces repetidas, me persigue por primera vez. Es el juego. El juego de pararte y escuchar. Todo late. Nuevo. Me miro en otros ojos y sonrío. Soy yo esa niña? Soy yo ese animal libre? Soy yo ese reflejo que no busca respuesta?
En este olvido he olvidado el dolor, la herida, la urgencia, el desespero. He regresado a casa. A esta casa hermosa que me contiene y me expande. A esta casa sin paredes, sin techos, sin puertas que encierren. Lloro de emoción, de maravilla, de risa.
Aquí estoy. Me doy la bienvenida.