miércoles, 6 de octubre de 2010

Cosquillas y sueños

DOÑA CARMEN NO ENTIENDE cómo se le ha marchado la vida tan sin tiempo, no como un suspiro breve, sino más bien como un lamento prolongado que ahora no se explica. De un tiempo a esta parte piensa mucho en estos asuntos, en esa ventana que los demás llaman vida y que ella no ha abierto nunca para que pueda entrar aunque sea a traguitos de luz. Claro que hay vidas que ella no quisiera, países que nunca calzaría, miserias que hacen de la suya un diminuto lunar en la vasta piel del mundo. Lo ve todos los días en la televisión, en esos niños flacos de amor y feos de hambre que siempre duermen, que parecen no despertarse nunca, en toda esas gentes que huyen de la nada con los brazos extendidos mientras pisan la sangre de su propia familia, en las guerras de acá y allá que dejan tras de sí tanta ruina, y en otras muchas catástrofes que a ella, aunque se le salten las lágrimas al contemplarlas a una distancia tan prudente, no le duelen... A cada uno le duele lo suyo, eso es cierto, para qué engañarse.
Cuando se le murió Eugenio sintió que las venas se le vaciaban. Algo extraño, pero más real que cualquier cosa. Ella creyó saber (quiso creer, ahora lo admite) que tras este gran seísmo todo se detendría, pero, en verdad, todo continuó pasando. Pasaron los años, pero mucho más rápido que antes, como si tuvieran prisa por llegar a una meta ya cercana. Qué ironía, qué antojo... Cuando era chica, el tiempo no la dejó crecer sino a pequeños estirones, unos pocos centímetros entre tantos y tantos meses de ansiosa niñez. No hubo cosquillas, ni abrazos, ni cercanía que la retuviera en esa corta edad que se hizo eterna.
Y ahora... de un tiempo a esta parte, piensa mucho en la vida, tan cercana de pronto, como ese aliento fresco que se le cuela en la habitación mientras lo ve dormir, tan pequeño su nieto, tan distintos su sueños al de los niños de la tele que la hacen llorar. Y pronostica que un día de estos, antes de que ya no quiera, o se le vacíen las venas nuevamente, o se le detenga todo, le va a buscar las cosquillas al enano, y no lo va a dejar crecer hasta encontrárselas...