Debí intuir que en aquel mismo calendario
de fechas señaladas, de citas futuras,
de aniversarios, óbitos y obligaciones colgaban también,
invisibles, insignificantes, confusos,
esos sueños para los que nunca encontraste
un blanco disponible. Adivinarlo hubiera sido fácil
a poco que recordase...
3 comentarios:
Preciosa entrada, que me hace entender que, en algunas ocasiones, las situaciones más sencillas se nos escapan de las manos.
Un gran abrazo desde Barcelona,
Gracias a ti, niña
La intuición, a veces, se confunde entre las emociones.
Un beso.
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