martes, 20 de julio de 2010

Debí intuir que en aquel mismo calendario
de fechas señaladas, de citas futuras,
de aniversarios, óbitos y obligaciones colgaban también,
invisibles, insignificantes, confusos,
esos sueños para los que nunca encontraste
un blanco disponible. Adivinarlo hubiera sido fácil
a poco que recordase...

3 comentarios:

marea dijo...

Preciosa entrada, que me hace entender que, en algunas ocasiones, las situaciones más sencillas se nos escapan de las manos.

Un gran abrazo desde Barcelona,

Anónimo dijo...

Gracias a ti, niña

Yurena Guillén dijo...

La intuición, a veces, se confunde entre las emociones.
Un beso.