martes, 2 de diciembre de 2008

El árbol de la vida




Mis días están llenos de preguntas. Desde siempre. Preguntas cotidianas, simples, curiosas, torpes, radicales, surrealistas, insultantes, temerosas, silenciadas...
En ocasiones, cuando camino por la ciudad (caigo en la cuenta de que hace mucho tiempo que no deambulo), hay rostros con los que me tropiezo impunemente y otros a los que sin embargo sometería a un exhaustivo interrogatorio. Hay ojos que no me ven y miradas que derrepente parecen reconocerme, conocerme de muy antiguo. En todo este maremagnum de cuerpos ajenos tengo la sensación en ocasiones, mejor dicho, la convicción, de que todo se reduce a un mismo extravío.
Por ejemplo, te acuerdas de cuándo dejaron de desearte buenos sueños? De por qué dejaste de jugar al escondite? Te acuerdas de tus sueños cuando te despiertas? Crees en el prójimo, en tu semejante? Qué buscas cuando escribes? Qué encuentras cuando encuentras refugio? Cuánto tiempo hace desde tu último temblor? Qué despierta tu ira, tu rabia,tu dulce animal dormido? Cuál es tu mayor miedo? A dónde vas tu solo? Dondé está tu camada? Cómo mide tu corazón el tiempo? A que sabe el cuerpo que codicias? A qué hueles tú?
La adolescencia es una de las épocas más fructiferas de la vida. Al menos para mí. A lo largo de ella surgen todas las grandes y pequeñas preguntas, que uno repite y repite. Primero en silencio y luego en voz alta, compartiendo. Y no sé por qué extraña razón, un buen día esas preguntas se distancian aunque no hayan hallado la respuesta o la hayan sabido siempre Y uno aprende a disimular ese hecho. Esa ignorancia magnífica que nos hace tan sabios.
Recuerdo al abuelo de Ana, cuando lo visitamos es su casa de Fuerteventura, en Puerto del Rosario. Hacía muncho tiempo que no estaba con su nieta y a mí era la primera vez que me veía. Aquella tarde con él y con la abuela fue auténticamente surrealista. El miraba al cielo, con sus ochenta y tantos años, y decía, "qué extrañas son las nubes, vienen y se van con el viento". Y aunque fuese una afirmación el preguntaba con su curiosidad, colmado de maravilla, por la naturaleza de las nubes... En su vida había visto cambiar muchas cosas y sin embargo las nubes seguían siendo un enigma poético para él. El signo de que él era uno más en el mundo, un mundo incomprensible, inabarcable, paradigmático, sutil, magnífico.
Y no dejo de intuir que las preguntas definen como nada lo que eres. Seres así son árboles a los que uno se abraza para sentir que estamos en el camino. Puede que a ratos descansando, pero en camino al fin. Con las raíces ancladas en la tierra, alimentándonos de su líquida sabia, y con los brazos extendidos al cielo buscando siempre... nadando entre las nubes de la memoria antigua.

6 comentarios:

Gárgola dijo...

Hace unos meses, le escribí a un amigo lo que te dejo ahora y que encaja perfectamente en lo que has expresado, estoy segura que si lo ve aquí, no le molestará, porqué es una reflexión compartida:
'El deseo es el que nos impulsa a seguir buscando respuesta donde muchas personas creen que las han encontrado. Es algo mucho más intenso que la necesidad de fusión con el Otro, es más la voluntad de ser y estar contigo misma: los ojos bien abiertos hacia lo que pasa fuera y amplios movimientos interiores.'
Hacerse preguntas es lo que mantiene la llama encendida.
besos

Anónimo dijo...

Sí que me vale. Estoy totalmente de acuerdo. La pregunta es el impulso y el aliento de la vida. Besos miles

kik dijo...

Me suenan tus palabras Gargola...

Tantas preguntas vitales, tanta vida vivida y con ganas de seguir viviendo, que más se puede pedir? Las respuestas de muchas preguntas seguro que no. De otras si. Y sobretodo mantener las ilusiones de Peter Pan atrapado en un cuerpo caduco.

Mixha Zizek dijo...

después de varios días de meditar estoy leyendo los blogs y los encuentro increíbles, necesito tanto leerlos, hermosa entrada del recuerdo y sí urge recordar la adolescencia la mejor edad llena de conflictos pero la más rebelde...

te estoy leyendo estas tres últimas... un beso

poniendome al día con muchas ganas...

Anónimo dijo...

Gracias Mixha. A MÍ TAMBIÉN ME pacerece increíble las cosas que estoy leyendo. Cuánta imaginación, cuántos sentimientos, cuántas reflexiones, cuántas preguntas. Y todo compartido...

cristal00k dijo...

Deberíamos detenernos más a menudo a preguntarnos todo lo que citas y muchas cosas más... "Al principio fue el verbo" y yo despojo la frase de su sentido religioso para entregarla a la Física pura. La pregunta es siempre iniciática.
Pero tu lo has dicho mucho más bonito Olvido-
Reitero lo que creo haberte dicho en otra ocasión. Reinas entre las palabras y ellas te quieren, porque las ordenas divinamente.
Besos.