viernes, 20 de marzo de 2009

Nada del otro mundo

Nada del otro mundo...
Hoy la luna continúa creciendo en blanco y negro
y te ilumina esa mueca de hastío que paseas.
Como siempre... demasiada gente.
Giras y giran las mismas canciones
brumosas de los bares
y sus miradas oscuras de náufragos
que deletrean nombres y cuerpos
en un vaso de alcohol.
Qué vas a hacer
cuando comiences a sentir
que la vida es mentira
y no te recuerdes alzando
la voz y la sonrisa
en medio de esta dinámica de lluvias,
pasos lentos,
stops y carriles
en una única dirección...
No me digas que estás cansada
porque tu soledad hoy cumpla años.
Que no sabes qué hacer con tu infancia.
Que te duelen los huesos de correr
tras el mismo sueño
para llegar siempre tarde
y con mala conciencia al amor.
No me cuentes la vieja historia
de que el tiempo pasa
y todas esas cosas.
Mira.
No ves que yo también
estoy cansada y un poco
borracha de palabras
y humo. Que fuera está
la noche creciendo como un niño
y que, además, no tengo
ni una sola razón que te sirva
ni me sirva como excusa.
Ven.
Vamos.
No hablemos más y déjame
abrigarte un poco.

5 comentarios:

Arantza G. dijo...

tras el mismo sueño
para llegar siempre tarde...
Significativo.
Mi sino.
Me abruman las aglomeraciones, los bares a rebosar de gente con vasos en la mano haciendo equilibrios...y pienso, que debería salir corriendo, tal vez ya no del bar, sino de mi vida.
Un beso.

ConHMayúscula dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ConHMayúscula dijo...

Muy bonito (como todo lo que escribes).
Estoy de acuerdo contigo:
"Como siempre... demasiada gente".
Un fuerte abrazo :D

Anónimo dijo...

Arantza, en muchas ocasiones yo también me he sentido así. Llegando siempre tarde a las cosas importantes, y matando el tiempo en lugares en los que sólo hay desencuentros. No salgas corriendo de tu vida, te alcanzaría. Corre más... Un abrazo fuerte niña.

Anónimo dijo...

Haridian, gracias una vez más por "conmoverte" con lo que escribo. Sí, suele haber mucha gente donde menos nos apetece, por eso hay que tener uno siempre un callejón a mano donde poder escaparse alegremente. Besos.