jueves, 26 de marzo de 2009

Tormenta

El día trae tormentas y recuerdos que empapan el asfalto y mis pupilas, hoy cansadas de buscar grandes azules. Las nubes se encierran temerosas tras una puerta demasiado sólida para la que no tengo llave mientros escucho tronar al horizonte en un quejido que yo misma secundaría. Y en medio de un café de pronto se va la luz en esta isla que no está preparada para la lluvia. Del cielo gotean incesantes los presagios, que nadan inconscientes en los charcos que luego yo piso, sobre los que luego yo salto como una niña grande que no se cree nada. En el trabajo, a penas hay un cruce de palabras cortas, breves, desposeídas de estos rostros familiares que habitan la rutina de los días. Nada de buenas tardes. Nada de buenas noches. Incomunicación en medio de la comunicación. Se ha ido la luz y la memoria, se ha marchado la imaginación y se ha instalado usurpadora la miseria. La historias anónimas continúan revalorizando su silencio. Gracias a dios mi soledad se ha puesto hoy, con buen criterio, el querido impermeable, sus botas de agua y se ha quitado el reloj de la muñeca para no tener que consultar este destiempo.

2 comentarios:

Lola dijo...

Es genial! La conjunción de cada palabra, cada oración....

Simplemente me gustó mucho...

Anónimo dijo...

Gracias laura. Un abrazo