miércoles, 1 de octubre de 2008

Exorcismo

Mi querida amiga, desde que he hablado contigo estoy buscando la fórmula del olvido para que la emplees con mi nombre, con mi alma, e, incluso, si fuera preciso, con mi torpe sombra. Ahora que me pongo a pensar sobre el tema (el olvido), recuerdo que una de las frases que solía repetirme hace años, en un ejercicio ingenuo de exorcismo, es que el olvido no existe, lo cual como sentencia es recurrente pero aleatoriamente incierto. He olvidado tantas y tantas cosas que un día me hicieron temblar: el olor a mar de los veranos de mi infancia; las calles y los juegos; los portales abiertos a mi soledad callada; las lunas persecutorias; los nombres que me nombraron y algunos cuerpos que buscaron en el mío poco más que una urgencia o mucho más que un disparate.Tal vez suceda que las leyes que rigen el olvido -me da la impresión- respondan a una lógica distinta a la que podamos emplear tú y yo para salvarnos, o cualquier otro ser que desee dejar atras sin más sus recuerdos selectivos, que a lo mejor son, precisamente, los que la memoria ha elegido selectivamente para almacenar a través de los siglos o simplemente de la vida. Quién sabe por qué, para qué... hasta cuándo. Y puede parecer que a veces uno olvida precisamente lo que desea retener (lo que piensa de importancia), y por el contrario recuerda lo que creyó enterrado, lo que parecía que no iba a tener regreso, ni como olor, ni como melodía, ni tan siquiera como sueño, ni adoptaría ya más nunca el escalofrío como alarma. Es posible también que uno se engañe (queriendo o sin querer), creyendo que su recuerdo ya no palpita, cuando simplemente está -por así decirlo-, descansando de sí mismo sabiamente, pero igualmente vivo, latente pero callado.¿Pueden los recuerdos tener silencios?¿Adónde se marchan los recuerdos para convertirse en olvidos?¿Por qué algunos sí que regresan de ese destierro? Y un buen día reaparecen inmaculados, vestidos de domingo, asombrosamente intactos, tan jóvenes como cuando se marcharon. Y llegan raclamando su parcela arrendada, sus arrugas de tiempo pensado, su dominio de pasillos y sombras, de lunas y escaleras, de jardines prohibidos y amaneceres temblorosos.Puede ser que se sientan con derecho a hacerlo porque simplemente aún les rendimos culto, y de alguna forma, callada, austera, empecinada, se les espera. Como se espera volver a ver a un ser querido que ha muerto, con una mezcla de incredulidad y esperanza. No sé. En tu caso, ya has librado demasiadas batallas contra esos recuerdos. Contra ese amor que no require de consistencia alguna para ser. Como una extraña planta que apenas necesita de la luz para continuar creciendo. Sobreviviente de todo, dibujando su propio paisaje, al que no llega nadie; al que seguramente nadie quiere llegar.Quisiera poder ayudarte a olvidar lo que no necesitas.Borrar de tu cuaderno de viaje cualquier rastro de este país cercano que soy yo.Pero nunca fui muy buena utilizando la goma; simpre preferí romper la página; cambiar de libreta.Tal vez la táctica y la estrategia -como decía Benedetti- sea avasallar al recuerdo con su propio recuerdo.Puede ser que todo aquello que te empecinaste en desterrar se convirtiera en tu aliento. Amiga mia, que bueno sería que pudieras reírte de este amor como este amor se ríe de tu olvido. En todo caso no crezcas a la sombra de este arbol. Descansa y busca su refugio cuando refugio te falte, y levántate cuando estés preparada. Sin demora prosigue tu camino. Aunque me pese y por mucho que se me haga imposible el olvido.

6 comentarios:

Gárgola dijo...

El olvido... la distancia y el tiempo. Materia prima de exorcismos cuotidianos y de preguntas constantes. Sin embargo, todo queda grabado en algún rincón insoldable, de esos que se van llenados de polvo... pero la memoria también es traicionera y nos pinta de colores irreales los paisajes que creemos recordar nítidamente.

Tu carta, te ha salido como un suspiro, como una exhalación (sin revisión!!!). Creo que la fórmula del olvido para tu amiga, es suya y por más que la quieras, hay mochilas que no hay maneras de compartir y las tenemos que cargar solos…
Me llega al fondo del corazón tu generosidad!
Besos

Anónimo dijo...

Bueno, es algo que había escrito hace tiempo a una amiga y anoche lo reencontre entre papeles viejo y lo transcribí. Pero todo lo que vierto late hoy y ya sé que no sirve de nada pero escribirlo en su momento me liberó. Anoche me percaté de ello, por eso decidí titularlo Exorcismo.
Gracias por tus comentarios y el cariño que destilan

kik dijo...

escrito digno del título de tu bolg...

A veces queremos olvidad, y otras queremos olvidar el olvido. Nada que hacer, salvo quizás, recordar.

Anónimo dijo...

Sí, el olvido juega con nosotros. Y es interesante , y a mí siempre me lo ha parecido, mecanismo como la amnesia. Gracias por visitarme

JR dijo...

un título perfecto....
que maravilla de post.
besos.

Anónimo dijo...

Gracias Cuchi. No he podido estos días leerte. El regreso al curro está siendo intenso pero me lo tomo con tranquilidad, mantengo la calma. Un beso fuerte