martes, 19 de agosto de 2008

Hace tiempo que abandoné mi muerte muda en esa misma esquina en la que todas mis citas coincidían para no verme. Me cansé de lamerme la misma herida y de abrírmela con cada nuevo lenguetazo. Siempre me gustó caminar descalza. Sentir el calor o el frío directamente. Mirar la luna mientras crece o mengua, indistintamente. El agua salada. El sonido de este mar que me inunda y me incendia. Hace tiempo que asesiné mis obsesiones, mi miedo, mi desesperanza. Dejé de esperar sentada el rapto perfecto, la palabra precisa y concluyente, la mirada de otro animal que te reconoce. Me gusta avanzar despacio, esquivar la fragilidad de los extraños, interrogar la curiosidad. Hace tiempo que no busco la coincidencia, los espejos, perderme en laberintos donde los minatauros duermen. Me gusta silbar, arquear la ceja, y sentarme en los pretiles.

4 comentarios:

kik dijo...

Veo en tus escritos algun que otro reflejo de tu citada Alejandra Pizarnik, aunque ni se si como su homóloga escritora o su criatura descrtita como "Expuesta a todas las perdiciones, ella
canta junto a una niña extraviada que es ella:
su amuleto de la buena suerte. Y a pesar de la
niebla verde en los labios y del frío gris en los
ojos, su voz corroe la distancia que se abre entre
la sed y la mano que busca el vaso.

Ella canta."

Me gusta como escribes, gracias por compartirlo

JR dijo...

perdona el retraso...

Ahora Veo lo Perdido de no Regresar por tu Camino.

eres una bella criatura poética.

un abrazo.

Anónimo dijo...

Me gusta que te guste cómo escribo. Me sorprende gratamente que visites mi página. Estás invitado a entrar cada vez que te plazca, siento no poder hacer lo mismo con la tuya, ya que no entiendo nada. Pero no importa, me agrada que me hayas dejado este comentario.

Anónimo dijo...

Cuchi, gracias por leerme, por conmoverte y por tus abrazos